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Esos dos ciruelos abiertos en flor

en realidad no lo son,

en realidad son dos versos

que se me escaparon,

dos fragmentos desatados, inconexos,

de algún poema del mes de marzo.

 

Como dos pompones violáceos, nazarenos,

lanzan al cielo santo de esta mañana

la preponderancia de lo natural,

del virginal elixir de sus flores,

de sus pétalos, sobre cualquier otro

menester humano, haciendo aún más

viva la verdad, más descarada su dignidad,

la que hace que sea la belleza

lo que nutre mi pasar.

 

Gael Rodríguez POEMAS

Errante

Un invitado, un huésped, un iletrado,

errante en esta vida como el viento

al que tanto amo...

De un lado para el otro,

sin dirección fija

hasta que me reencuentro

con la vida, con mi vida, contigo.

 

Gael Rodríguez POEMAS

Luciérnagas en el poniente

Gael Rodríguez POEMAS

Poema Nº 23

INÉDITO

Entre la presencia y la esencia

Así, buscando la cornisa

desde la cual cantar

a los cuatro vientos,

el poeta se enmaraña

para ver, para crecer,

para desde la autenticidad

de su escondite vital,

desde lo recóndito

de su vivir, emanar la voz

que le permite comprender,

Ser.

 

Así, atándose a la vida

hasta que esta

le aprieta el alma,

hasta que el malabarismo

emocional de lo cotidiano

lo empuja a amar,

a dejarse ir,

a seguir siendo Ser.

 

Y, entre la presencia

y la esencia,

entre lo profano

y la pureza,

domestica su parte amarga

para llenar su vida

de verdad y de belleza.

 

 

Gael Rodríguez, POEMAS, POESÍA,

Pompones nazarenos

inédito
pompones
errante

Extraña, extraña

es la vida

en su composición

y solo la encuentro sentido

en los campos fraguados,

esperanzados

de la expresión,

como tundras envalentonadas,

como remolinos de verdor,

acantilados de gotas lidias

que recorren mi interior.

 

 

Gael Rodríguez POEMAS
luciernagas
poema 23

Perder contigo el horizonte de los días,

eso es lo que me gusta,

perderme contigo

en esta traviesa libertad,

sin saber dónde estamos

ni en qué día estamos parados,

como dos almas varadas

por la realidad,

conquistando nuestro presente

como dos luciérnagas

en el poniente.

 

Sí, siempre quiero más.

¿cómo no quererlo

si me llenas con tu verdad?

 

                                

 

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