¿Sabes una cosa?
Te confieso que desde
que te conocí
soy amor arriesgado,
vivo enajenado
porque mi corazón
ha tomado el mando;
es ahora el capitán que
dirige mis pasos,
el piloto que conduce mis
pensamientos y mis actos.
Cómo no volverme loco,
si ya no sé si soy mi vida
o soy tu rostro, si ya no
sé si soy humano o soy
el dulce de tus ojos.
No me preguntes
por qué lo sé,
si es hoy el primer día
en que te vuelvo a ver,
pero tú y yo
vamos a estar juntos
toda la vida, hasta el
último anochecer.