Cada día llega la noche, cada día vemos aparecer la majestuosidad del sol sobre el horizonte. Todos los días reposas, duermes y te pierdes en el misterio insondable que todo lo ha creado. Al día siguiente despiertas, vuelves a abrir tus ojos y aparece, nuevamente ante ti, la riqueza de la vida.
Cada día es un nuevo despertar, un nuevo comienzo. Las ramas despojadas del árbol junto con aquellos pequeños brotes de abundancia, de existencia, de espíritu, nos recuerdan que estamos en un continuo ciclo en el que podemos volver a empezar. Tenemos la asombrosa oportunidad de construir nuestra vida cada día.
Cuando nos despertamos por la mañana pareciera que nuestros ojos son nuevos, hay algo fresco que inunda ese momento, son apenas unos instantes en los que pareciera que seguimos inmersos en un estado de no Yo, de no ego. En ese momento podemos optar por subirnos al mundo, al mismo mundo lleno de pesares que hemos creado u optar por generar uno nuevo, uno benevolente y cargado de sentido, de alegría.
Tú elijes, cuando despiertas, cómo quieres vivir tu vida. Tú tienes el poder de crear una realidad diferente, una que te guste. Toma conciencia del movimiento de la energía, toma conciencia de cómo vuelves a nacer a cada segundo, a cada instante de presente.
Naces y creas, naces y sueñas.
Haz que los ciclos de tu vida, que tus mareas, traigan a ti brotes de vida nueva, brotes de amor, de bondad, de armonía, de entrega.
Al igual que las hojas de los árboles se marchitan y luego vuelven a crecer, tus pensamientos mueren y nacen a cada segundo. Nota cómo todo cambia a cada instante. Procura no dejar que vivan en ti las mismas hojas secas de siempre. Haz que nazcan en tu mente nuevos pensamientos cargados de verdad, de amor, de vida.
Continúa disfrutando de la lectura de 21 Respuestas de Luz Boscani en Amazon, iTunes, Google Play o en tu librería electrónica favorita.