Conviértete en el observador de tu mente.
Tú eres tu mente, tu cuerpo y tu alma. Si la rutina diaria te sumerge de lleno en tu ego no podrás ver la realidad con claridad. Es decir, la realidad que advertirás será la que tu ego desea que veas. Por lo tanto estarás viviendo una vida llena de conflictos y sufrimiento. Te habrás puesto unas gafas borrosas y sucias. Pero si lo que haces es observar el comportamiento de tu mente, sus mecanismos, sus deseos imparables, su afán de vivir en el pasado y su exageración continua de los hechos, te habrás liberado de la mentira. Te encontrarás en armonía con tu Fuente y, en consecuencia, vivirás una realidad colorida, alegre, armoniosa y bondadosa.
Conviértete en el observador de todo lo que aparece y desaparece. Observa como todo es pasajero y obtén libertad.
Cuando cambias la forma en la que ves la realidad, esta cambia. Mira la vida con los ojos de tu alma. Libérate del maya.