Ver crecer una bella y delicada flor en un trozo de tierra seca, resquebrajada, me transmite un conocimiento profundo y verdadero. Existe el sufrimiento en la vida, pero podemos traspasarlo.
La flor crece a pesar de la falta de humedad que necesita para desarrollarse con absoluta vitalidad. Está resplandeciente y parece decir: "Soy feliz de todos modos". Es libre porque está conectada a su Fuente de vida en lo más profundo de su tallo.
Al igual que ella, podemos traspasar la capa superficial de estrés que tanta angustia y desasosiego nos produce y crecer alegres, sanos y agradecidos. Es de gran sabiduría comprender que la vida está repleta de sucesos tristes y descorazonadores, pero que podemos traspasarlos para vivir una vida plena en sentido, experimentando gratitud y bienestar. Comprender que es tan solo una nube negra que nos atemoriza y nos paraliza quitándonos la posibilidad de transitar esta corta existencia erguidos nos ayudará a que podamos cumplir nuestros objetivos de vida en completa armonía.
Debemos convivir con el dolor y la alegría. Debemos aceptar que ambos polos forman parte de la esencia de la vida y creer en la perfección del Misterio que inunda todo lo que existió, existe y existirá.
No dejes que el estrés y los miedos, que esa capa que recubre tu Ser no te permita ser feliz. Conéctate a tu Fuente de Amor, al Poder que te ha creado y, desde allí, álzate, traspasa tus propias barreras y vive en libertad.
La tierra agrietada, la capa superficial de estrés, te está convirtiendo, sin que lo notes, en una persona fuerte, madura, dichosa y equilibrada. Agradece todo lo que llega a tu vida. Arráigate fuertemente a tu centro.
Medita sobre la siguiente verdad: "Si la flor puede crecer en una tierra infértil, ¿cómo no vas a poder tú crecer traspasando tus propias dificultades si ambos han sido creados por la misma Energía?".
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