El bello libro de Luz titulado "Amate" trae como dedicatoria las siguientes dulces y acertadas palabras: "A todos los seres humanos, porque todos, en mayor o menor medida estamos sufriendo la separación con nuestro Ser"
Si hay algo que nos hace iguales a todos los seres humanos es que vivimos alejados de nuestro Ser, con todo el abanico de emociones y comportamientos que esto conlleva. Nos une la vivencia del sufrimiento que genera la ilusión de estar separados. Nos unen el estrés, el miedo, la angustia, la tristeza, la envidia, el egoísmo, la ambición, etc. Puede que lo que ha motivado una conducta egoísta en nosotros sea algo diferente a lo que lo ha motivado en otra persona, pero la esencia de lo que significa y produce el egoísmo está en todos nosotros. Es algo antinaturalmente natural en el ser humano. Una distorsión muy común.
Todos bebemos de la misma fuente. Al igual que nos nutre los rayos de sol y las gotas de agua, nos nutre la emociones tóxicas que derivan de estar viviendo el desamor a lo que somos. Es una especie de peaje que pagamos. La tristeza no te pertenece, aunque seas tú el que la está sintiendo, pertenece al género humano. Si no existiera en el ADN colectivo, no podría existir en ti. No hay ningún ser humano que esté viviendo una emoción humana de forma exclusiva.
Nos conocemos todavía muy poco. No somos tan diferentes. Comprender lo que nos une nos hace más humanos y despierta la compasión. Cuando alguien te manifieste alguna de estas emociones, no lo juzgues como si estuviera separado de ti, dite o dile: "Yo también sé un poco de esto. Yo también he sentido alguna vez algo parecido". Y si no es así, si nunca lo has experimentado, observa con el corazón lo que está sucediendo. Esto te ayudará a superar la relación, a no juzgarla, a perdonar.
Solo desde la hoguera de lo que compartimos podemos construir la Humanidad.