Muchas veces nos sumergimos en algún proyecto de corazón, algo que nos apasiona, algo por lo que estamos dispuestos a darlo todo, a poner el alma cien por ciento, pero no contamos con el apoyo de los demás; pero no solo eso, sino que no tenemos a nuestra pareja de nuestro lado. ¿Cómo es posible?, ¿cómo nos sentiríamos?
Si alguien se encuentra entusiasmado con una idea, por más descabellada que parezca, debemos apoyarlo, debemos ofrecerle nuestra compañía y nuestras ganas de empujarlo hacia la concreción de ese deseo. Si es algo que se quiere con el corazón, que se ha generado con sentimientos puros, entonces no hay motivo alguno para opacar esa ilusión.
Qué importante es la ilusión, tener un sueño por cumplir. Me arriesgo a decir que existe tanta tristeza y estrés en este mundo que es muy difícil encontrar personas que sigan soñando, soñando como niños, con el mismo entusiasmo sin límites.
Nuestra pareja es nuestra mejor amiga y por ello siempre vamos a tenerla de nuestro lado, ¿no es así? Y en caso de que el proyecto sea muy arriesgado, debemos apoyarlo igual, pero con las salvedades que creamos convenientes, manifestando nuestra más sincera opinión, pero sin apatía, sin boicotearlo, sin amargura o negatividad.
La negatividad es algo que siempre aparece ante cualquier situación. Parece mentira, pero siempre lo primero que vemos es la parte negativa. En este caso, debemos hacer un esfuerzo para que no sea así.
Nuestro compañero de vida debe sentir que estamos de forma incondicional para apoyar todos sus sueños. De lo contrario, ¿con quién más contaría?
Debemos sumergirnos en el mundo de los sueños, debemos soñar y experimentar esa alegría en nuestro cuerpo cuando un proyecto aflora. Hacer algo que nos apasiona nos lleva a un estado de meditación profunda, es la mejor herramienta que conozco para vivir el momento presente aquí y ahora.
Apoyar el entusiasmo es también por nosotros, por las emociones que experimentamos dentro cuando vemos la alegría que eso le produce al otro, cuando vemos su expresión y el agradecimiento impregnado en su ojos. Nos eleva, nos llena de amor.
Ayudar a alguien a cumplir su ilusión es una gran tarea, la más extraordinaria que podamos tener. No siempre se tiene la oportunidad de ayudar, por eso debemos sentirnos agradecidos. Cuando lo hacemos sin esperar nada a cambio, la sensación de dicha que sentimos en nuestros corazones es completamente conmovedora, no puede explicarse con palabras y me resulta muy difícil de describir.
Debemos estar cien por ciento con nuestra pareja, a favor de todo lo que desee con el corazón y de manera incondicional por sobre nuestros proyectos. Porque de todas formas, ella estará velando por los nuestros.
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