Casi todo lo hacemos con la mente racional. Pero la verdad está por encima de esto. Dejemos atrás la mente racional, nuestro ego y hagamos algo irracional. Aceptar esto como normal convierte la vida en un juego, la hace liviana. Si te encuentras atado por actos racionales, tu vida se convertirá en una carga. Imagina que juegas un juego sin que te importe ganar o perder. Realizar estos actos es libertad. Sal de la mente racional, quiebra esa barrera, encontrarás libertad y una profundidad insondable.
Arriesga. Sé valiente. Lo que ahora mismo te está separando de cumplir tus sueños es no arriesgar. Pregúntate: “¿Qué es lo peor que me puede ocurrir? ¿Acaso no es horrible el sabor amargo de no haberlo intentado, de sentirme opacado, debilitado, de no poder saber qué hubiese pasado si me hubiese atrevido?”.Al arriesgar mueves la energía. Todo se encuentra en continuo movimiento y tú no eres la excepción. Arriesga para acercarte a tu leyenda personal, a tus metas. No te quedes paralizado por el miedo. Todo es energía. Recuerda que te encuentras unido a tus sueños por un delicado canal, por tu espíritu, tu alma. Pon en marcha el motor de la intención, del coraje.
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