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  • Gael Rodríguez

Pupilas de diamante


Conocí la alegría

el día que te hice mía,

el día que te dejaste caer

en mis abrazos sin salida,

la noche en que de un plumazo

me entregaste tus caricias.

No hay amor más glorioso

que el amar a una mujer como tú,

que me bailes el "yo soy tuya",

que me hagas dueño de tu luz.

No hay mayor bendición

que haber recibido tu

amor incondicional,

que ser el fiel guardián

de tus pupilas de diamante

para poder contemplarte,

para poder amarte.

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