Todos sufrimos, en cierta medida, y todos estamos aquí para algo, todos llegamos con un sentido. Lo humano es hermoso. El sentimiento es hermoso. Todos podemos emocionarnos, sufrir, sentir alegría, buscar el sentido. Todos hemos sido dotados con los mismos dones. A todos se nos ha ofrecido el milagro de la vida.
¿Cuántas veces nos ha sucedido que nos hemos sentido distantes de alguien, que lo hemos criticado con fuerza, pero un día tuvo un gesto humano con nosotros y cambió nuestro parecer? ¿Cuántas veces hemos contemplado una acción de ayuda desinteresada, un gesto de calidez humana, y nos hemos emocionado? Esa es nuestra verdadera naturaleza: la calidez humana. El candor de lo divino en nuestro corazón, el candor de la verdad. Esos instantes nos llenan de energía, de amor, podríamos resolver el mundo en esos momentos. Estamos conectados a nuestra Fuente. Solo tenemos que darnos cuenta que estamos siendo ignorantes, perdonarnos por ello, ya que es un comportamiento aprendido, y focalizarnos en ese amor misterioso entregándole el tiempo que nos queda de vida.
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