El miedo es un mal vicio de la mente, su peor ociosidad. Si te dijeran que te vas a morir dentro de unas horas, todos tus temores desaparecerían, ¿no es así?. Tú permites el miedo porque todavía lo necesitas, porque todavía no ha penetrado la sabiduría en ti con el suficiente calado. Sigues posado en tu cabeza tratando de entender.
Cuando hay duda o ignorancia aparece el miedo, que no es más que una vibración de separación con la vida. ¿Qué temes perder? ¿A qué te aferras? Llegaste sin nada y sin nada partirás. El ego, tu conciencia limitada, es lo que te genera inquietud. Vives en la parte pequeña de ti, la parte finita, limitada.
Si te montas en una barquita de papel, pronto caerás al agua. Si lo haces en una barca de madera no te hundirás y podrás disfrutar de un apacible y reconfortante viaje.
Si te aferras a lo efímero
perderás la visión de lo eterno.
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