La aceptación nos permite disfrutar de estabilidad emocional y gratitud. Cuando nos rendimos ante el poder de la vida, de la creación, cuando dejamos de interferir, cuando la energía fluye como la corriente río abajo sin que nada la detenga o la bloquee, es cuando comenzamos a experimentar la dulce y poderosa sensación de estar entregados. Sentimos que todo está bien en nuestro mundo perfecto y amoroso.
Cuando esto ocurre, cuando comprendemos que las cosas están como tiene que estar y son como deben ser, la magia forma parte de nuestras vidas. Esta magia de la que hablo te permite convertirte en una persona mansa y sabia, en alguien que no se siente abatido aunque lo azote la tempestad más vigorosa, es el motivo más importante de emprender el gran camino. Vivir la aceptación y su magia es la clave.
Abandonar la resistencia es uno de los aprendizajes más reconfortantes que he adquirido en mi vida espiritual. Cuando tu mente se encuentra inactiva ante cualquier acontecimiento y sientes que vuelas surcando los cielos sin que nadie te detenga, sin obstáculos, te haces poderoso y eres capaz de generar inmensas cantidades de energía vital. Eres capaz de convertirte en lo que realmente eres. De este modo, la vida se transforma en un juego extremadamente divertido y del que no deseas prescindir.