Yo me discuto,
me enfrento
y sé que no se
trata de eso,
sino de guardar silencio,
de dejar que lo eterno,
aquello, acalle esto,
lo efímero, lo pasajero,
lo imperfecto.
Identidad es un poemario de claros y oscuros, de creación y destrucción, de personajes que se despiden y de otros que llegan, de sombras que se alejan y de espejos que se unen.
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