Tras el éxito obtenido con “El poder de la fuerza interior”, Gael Rodríguez, pensador y poeta místico, vuelve a ofrecernos un pedacito de su proverbio divino en “El personaje y el alma grande”. Con una prosa directa, pero llena de suave lírica, las reflexiones empoderan al buscador para convertirse en una persona más profunda que pueda contemplar por sí misma la verdad que reside en su interior, acercándolo así a la verdadera felicidad.
Escondida en nuestro corazón e invernando tras las falacias del personaje que hemos construido los destellos de la dicha espiritual se hacen presentes.
El alma grande, que cada uno de nosotros llevamos dentro, se deja contemplar en la quietud que arrecia tras el sonido estruendoso provocado por los aprendizajes infértiles que arrastramos, por la sofocante ceguera del decorado mundano en el que estamos atrapados.
Como una contundente ráfaga de viento, el autor lleva al lector al necesario encuentro con la tormenta para luego emplazarlo a la mansa verdad de su corazón divino. Sólo desde la contemplación y la comprensión de lo que “no es” se puede vivenciar, de manera cada vez más nítida, lo que realmente es.
Cada una de las frases de este inspirador escrito está anclada en la misteriosa belleza de la verdad. Como piares limpios en la mañana, el buscador encuentra en estas reflexiones el bienestar emocional y la claridad mental que proporciona estar situado en su corazón. Experimenta, quizás por primera vez, la sencilla abundancia que reside en él, la completa alegría de simplemente ser.