Luz: ¿Cómo puedes amarte si no te conoces? ¿Cómo puedes tener autoestima si no sabes quién eres? ¿Cómo puedes confiar en ti si no te amas? Para poder aumentar nuestra autoestima lo primero que debemos hacer es conocernos, emprender un viaje hacia nuestro corazón y abrir nuestro dialogo interior, uno dulce y poderoso.
Hemos edificado nuestra valía según parámetros que la sociedad nos ha marcado, como por ejemplo, la belleza física, el éxito laboral, el nivel socioeconómico, el estatus social, la competencia con el del lado y muchas otras cosas más que nos han marcado profundamente desde que tenemos conciencia. Hemos alimentado pensamientos autodestructivos durante muchos años, nos hemos dicho cosas muy feas frente al espejo, nos hemos degradado y hemos permitido que los demás también lo hagan. Básicamente, hemos vivido la vida a través de nuestro ego, y bajo ese prisma lo único que podemos obtener es una mentira; pensamientos, emociones, acciones, relaciones y lugares que no forman parte de la verdad que viaja con nosotros.
Todo ello no ha colaborado para que nos amemos y nos aceptemos tal cual somos. Al tener que ser lo que los demás pretenden de nosotros, perdemos lo que realmente somos, es decir nos alejamos de nuestro verdadero yo, un espacio del cual nunca deberíamos haber partido. Si buscamos permanentemente el aplauso de los demás sobre temas superficiales, sobre aspectos de nuestra vida que no son los que cuentan, gozaremos, pues, de una falsa autoestima que se irá en cuanto sople un poco el viento, se irá junto con el reconocimiento cuando este desaparezca.
Es por ello que para recuperar nuestra estima debemos imperiosamente conocernos, saber lo que nos gusta y lo que no, lo que nos hace bien y lo que nos hace mal, con qué personas nos gusta pasar el tiempo, cuál es la actividad que nos apasiona, de qué forma nos gusta vestirnos y cuál es el entorno que nos hace sentir seguros y nos proporciona paz interior, por nombrar algunos de los temas importantes.
Una vez que tengamos toda esta información nos iremos rearmando como personas. Ser genuinos nos ofrecerá toda la confianza que necesitamos. Porque al no estar conectados a la verdad que vive en nosotros lo único que sentimos es debilidad. La confianza verdadera es la que proviene de estar conectado a nuestra Fuente, no la que llega junto con el reconocimiento ajeno. Cuando sientes que estás siendo tú mismo puedes llegar a sentir confianza hasta para volar. Eres invencible. Ningún sueño te parece imposible. ¿Cómo podría fallar si estoy conectado a una Fuente infinita e inagotable?
Si dejamos de compararnos con el resto para crear nuestro propio mundo, para vivir todo el potencial de nuestro corazón en nuestro metro cuadrado, podremos ofrecerles después todas nuestras virtudes a las personas que nos rodean, a toda la sociedad.
No hemos llegado aquí para repetir modelos estándares, hemos venido para cumplir nuestra leyenda personal, para ser genuinos y diferentes. Cada uno de nosotros tenemos un don especial que nos hace únicos e inigualables. Toda esa belleza que reposa en nuestro corazón está esperando ser despertada.
Para poder experimentar autoestima y confianza en uno mismo debemos explorar los rincones de nuestro corazón, debemos invertir la mirada, dejar de posarnos en lo exterior para hacerlo en nuestra propia luz. Insisto en que debemos dejar de mirar al de al lado, de tener miedo de la opinión ajena para avanzar con valentía e ir tras nuestros sueños. Esta es la única manera de amarse para poder amar verdaderamente a los demás.
Gael: Estoy plenamente de acuerdo. Normalmente, las personas con más autoestima y confianza son aquellas que han sido educadas y criadas con amor, dulzura, empatía y comprensión. Con sabiduría, librepensamiento, naturalidad y no interferencia. Desde niños aprendieron a confiar en la voz de su corazón, no en la voz de otros. Aun sin ser personas espirituales o religiosas, aun sin saberlo, viven conectadas a su corazón, llevando a cabo tareas generosamente exitosas, donde el amor y el dar es su naturaleza.
También puedes ser una persona con una gran confianza construida por ti mismo. Nos hemos esforzado mucho en conseguir algunas cosas, en construir algunas identidades. Pero todo esto es mental. Cuando se pierde lo que está sustentando la valía, la estima se marcha. Un trabajo, una posición, un reconocimiento.
Si estás cumpliendo tu misión en esta vida, si estás fluyendo con la energía de verdad de la Conciencia Divina, estás lleno de confianza y de amor hacia ti y hacia lo que eres. Tu autoestima es verdadera y está cimentada sobre pilares fuertes y robustos. En cambio, cuando vives en tu mente, tu autoestima está erigida sobre columnas de identidad falsas y frágiles.
Lo que le sucede a la mayoría de las personas es que cimientan su bienestar emocional, su estima propia en base a cuán valorable es para los demás, para sus amistades y familiares, para sus conocidos. Cuánto valoran otros lo que hace, lo que tiene, lo que dice, etcétera.
La verdadera autoestima reside en el corazón. Sólo puedes encontrarla ahí. ¿Puedes enamorarte de ti mismo, de cómo eres, de lo que haces cuando lo que eres y haces no es algo valorado por la sociedad? ¿Puedes amarte por transitar un camino solitario, por seguir a tu corazón, por dedicarte a amarte? ¿Puedes admirar tu pureza, tu profundidad? ¿Te parece un milagro emocionarte cuando contemplas un insecto minúsculo, con un cielo estrellado? ¿Estás “orgulloso” del Dios que habita en ti, de ser un instrumento de su voluntad, de poder pasar horas en su compañía, en silencio?
Quiero aprovechar para abrazar el corazón de la persona que nos está leyendo. Si estás viviendo el cambio y te encuentras algo perdido, estamos contigo, a tu lado, enviando luz a tu Camino. No estás solo. También envío mucha luz a las personas que te rodean, para que lo antes posible armonicen con tu energía y dejen de ser un obstáculo.
Tener autoestima es sentirte feliz con lo que eres, lo que tienes y con tu forma de vida, independientemente de que esta sea avalada por los demás.
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