Normalmente nos guiamos por nuestros patrones mentales. Accionamos desde un espacio llamado ego. Hemos aprendido ciertas cosas y creemos que es importante ser racional para poder alcanzar nuestros objetivos en la vida. De este modo, bloqueamos nuestro fluir. No dejamos que nuestro corazón se exprese, no hay espacio en nuestra vida para lo sutil, para lo que está sucediendo por debajo mientras nosotros creemos que somos “el hacedor”.
La vida es multidimensional. Eres tu mente, claro, pero también eres tu alma y tu cuerpo. Debes trabajar las tres dimensiones. Debes colaborar para que los ríos internos de energía que te constituyen fluyan a través de tus chakras.
Cuando sientas que estás siendo demasiado racional detente para dejar espacio a tus sentimientos, a tu corazón. Escúchalo con atención porque él te propondrá caminos diferentes a los que has considerado. Luego podrás encontrar tú mismo el equilibrio que te ofrecerá bienestar y alegría.