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  • Luz y Gael

Lo que nos completa


Desafortunadamente, pensamos que nuestra realidad está formada por todos aquellos planes de vida que tenemos en la cabeza. También sentimos que las cosas suceden porque nosotros hacemos que sucedan. Somos los grandes controladores, los grandes hacedores. La identificación con el pensamiento provoca la ilusión separadora de que “las cosas funcionan porque YO las estoy pensando, YO las estoy llevando a cabo”. Muy pocas veces damos espacio a otra voz. Esa voz es silenciosa y susurra, por lo que hay que descansar de nuestra hiperactividad mental para poder escucharla.

Cuando estudiamos, nuestros estudios son lo más importante. Cuando tenemos un grupo de amigos o cuando tenemos pareja lo es nuestra relación con ella. Cuando trabajamos, el trabajo y lo que obtenemos a través de él pasa a ser lo más importante. Estamos completamente enfocados en ello. Cuando tenemos hijos, nuestro corazón y nuestra mente se llenan de esa presencia de vida, de ese noble amor. Pero, ¿cuándo descansamos?, ¿cuándo damos cabida a ese “algo más” que existe en nuestra propia realidad como seres vivos?, ¿cuándo nos permitimos vivir lo que realmente somos, nuestra propia estimación de la vida que llevamos dentro?

La vida nos da la oportunidad de hacerlo en varias ocasiones. Puede ser en nuestra madurez vital o en un viaje largo, cuando nos alejamos de nuestra realidad diaria y vemos otras cosas. Allí, nos introducimos en una película diferente a la que estamos acostumbrados. Por momentos, nos permitimos olvidarnos de todas esas responsabilidades y no nos sentimos mal por ello. Nos permitimos Ser. Entonces, ahí, surgen emociones y creatividades nuevas. Algo vivificante y lleno de felicidad que no nos hemos permitido durante nuestra vida, aflora. Y descubrimos que hay algo más, que tenemos un sentido propio que hemos apartado. Y observamos que eso nos da sentido, nos completa.

Y por primera vez, descubrimos un alegría que nos permite estar e irnos en paz.

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