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  • Luz Boscani

Tu jardín interior


Me gustaría hacer una referencia gráfica, un paralelismo entre nuestra mente y una huerta de campo para que asimiles mucho mejor la sabiduría que deseo trasmitirte.

La huerta lleva mucho trabajo y tiempo si lo que deseamos es que crezcan maravillosos vegetales, hortalizas y frutas. Las semillas para poder crecer necesitan del agua, de la energía del sol y de los nutrientes de la tierra. Nuestra tarea es procurar que la tierra tenga los nutrientes necesarios, plantar cuidadosamente los granos para que todos germinen y evitar distancias cercanas entre ciertos tipos de cultivos para que no se roben unos a otros los sustentos. Es imprescindible que usemos trampas y pesticidas naturales para evitar que las babosas, los topos y cualquier insecto o animal que habita en el campo dañen la plantación.

Debemos tener mucha paciencia, porque la semilla no se convertirá en patata, por mencionar un tipo de hortaliza, de un día para el otro. El clima debe ser favorable, pero también debemos estar preparados para aquellos días en que las inclemencias del tiempo azoten nuestra huerta y la destruyan. Por otro lado, es un trabajo vital quitar las malezas para que nuestra plantación no enferme y pueda crecer con normalidad.

Debemos perseverar y aprender. Cuanto más aprendamos, mejores resultados tendremos. La contemplación es muy importante, ya que al observar con detenimiento podremos detectar comportamientos que nos ayuden a mejorar la plantación. Y por último, el amor y desempeño con que cuidemos de ella será fundamental para que cada semilla que cultivemos se desarrolle en todo su esplendor y a su máximo potencial.

Con nuestro ego, nuestra mente, ocurre igual que con la huerta. Debemos eliminar todos aquellos pensamientos que nos perjudican, las pautas mentales que nos producen malestar y emociones nocivas. Debemos plantar las semillas que nos permitirán experimentar bienestar y crecer fuertes como, por ejemplo, el perdón, la fe, la empatía, la solidaridad, entre muchas otras más. Es fundamental que enfoquemos nuestra mente en nuestras virtudes si esto es lo que deseamos que florezca, ya que si lo que hacemos es posarnos en nuestros defectos y sentimientos negativos eso será lo que prosperará y transformará nuestras vidas en un viaje muy desdichado. Del mismo modo, debemos tomar conciencia de la importancia de alimentarnos sanamente ofreciéndole a nuestro cuerpo las vitaminas, minerales y nutrientes esenciales. Todos los seres humanos necesitamos del agua, del oxígeno y de la energía del sol. Pero también, será vital para nuestra salud que tomemos distancia de todas aquellas personas tóxicas, que solo nos llevan a niveles de energía muy bajos.

El tiempo trae inclemencias y el destino también, con lo cual, es imprescindible que estemos preparados para afrontar todo lo que llegue a nosotros. La sabiduría y el conocimiento universal son las mejores herramientas a la hora de hacernos fuertes y sentirnos preparados para cualquier suceso. Si continuamos el paralelismo, al igual que con la huerta, la contemplación y la observación de nuestra persona nos conducirán a un estadio mejor, porque podremos modificar todo aquello que nos produce malestar para cambiarlo por experiencias positivas. Por último, el amor. Si deseas sentirte saludable, entusiasmado, feliz y agradecido, el amor con el que te trates debe ser para ti el objetivo primordial.

Como conclusión, me gustaría insistir en que aquello en lo que te enfoques crecerá. Procura que la maleza no se propague. Desea para tu vida perdón y enfócate en ello, así el perdón formará parte de tu vida. Planta semillas de amor para que esta sea tu cosecha principal. Enfoca tu mente en tus bondades y transforma tu vida. Tú eres el alquimista.

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