Cuán importante suele ser el reconocimiento y la aceptación de los demás, ¿verdad?
Nuestras vidas están dirigidas mayormente por esta máxima: "Debo lograr que reconozcan mi trabajo y que todos mis compañeros me acepten y me vean como un empleado brillante". Este es el camino directo hacia la frustración y el fracaso.
Si continuamente deseamos que nos feliciten y nos digan lo valiosos que somos estaremos perdidos en el ego, en primer lugar, y en un mar de apegos, en segundo lugar.
El ego, nuestro falso yo, siempre está posado en la mirada de los demás, en su visión, en su adulación. Deseamos que nos reconozcan para sentirnos más importantes, más exitosos. A partir de allí construimos nuestra personalidad. Pero, qué sucede si no nos dicen lo estupendo que somos o lo bien que realizamos nuestro trabajo? Caemos en una profunda frustración y angustia. Sentimos que no lo hemos hecho bien, que algo anda mal. Entramos en una desesperación frenética que no es, en absoluto, buena compañera de la eficiencia y la eficacia. Perdemos nuestra valía, nuestra persona.
Nos encontramos apegados a las personas y es por ello que buscamos sus opiniones continuamente. Nos sentimos inseguros y apegados a los resultados y es por ello que perdemos el equilibrio en nuestras vidas.
Debemos trabajar para nosotros mismos, porque nos amamos y valoramos, porque creemos que más allá de lo que los demás puedan o no decirnos, nosotros sabemos el amor que le pusimos a nuestra tarea y estamos orgullosos del camino transitado, independientemente de que resulte bien o mal. Esto no es vanidad sino autoestima. Nos enfocamos en cómo nos superamos día a día y no en compararnos con los demás a ver quién lo hace mejor.
Si emprendemos el trabajo tan solo pensando en el dinero que ganaremos o esperando el aplauso de los demás, caeremos en una emoción que tarde o temprano nos hará sentir vacíos.
El dinero y los logros son solamente una consecuencia de nuestros actos, pero solo una consecuencia mundana. Lo valioso y bello es el camino recorrido y que este camino haya trascurrido entre sonrisas y amor. Esto es lo que debemos buscar. Hacer nuestro trabajo con amor y un estado de mente feliz. Ese es el mejor resultado que conozco, el que permanecerá mucho tiempo después que el dinero y el reconocimiento se hayan desvanecido.
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