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Luz Boscani

Cuida a tu niño interior


¿Has notado cómo te maltratas, las veces que dices palabras despectivas respecto de ti mismo, palabras de descontento, de agresividad, de crítica, de desamor, de violencia o de desaprobación?

Visualiza cuando eras niño y tenías tres o cuatro años. Imagina que asiduamente te sientes reprendido. Un niño tembloroso, quizás en un rincón, que llora cada vez que lo regañan, que tiene miedo y se siente poco amado. Ese pequeño necesita que lo abracen, que lo consuelen, que le expliquen que está bien cometer errores cuando se está aprendiendo, que lo amen y lo acepten con todas sus virtudes y defectos hasta que se sienta seguro, relajado y sus lágrimas se conviertan en sonrisas.

Si lo deseas también puedes imaginar que tú, como adulto, has sido maltratado por alguien más. ¿Cómo deseas que te traten cuando te sientes herido? Seguramente pretendes que te cuiden, te contengan y te expresen amor. Si de adulto anhelas eso, medita sobre cómo puede sufrir un chiquillo.

Reconcíliate contigo mismo. Debes hacerlo si lo que sueñas es sanar tu vida, comenzar de nuevo y verlo todo con ojos de amor y no de rencor e impotencia. Tú creas tu realidad y la que ahora mismo estás viviendo es angustiante porque no estás siendo bueno contigo. Da igual si lo eres con los demás, de nada importa que comprendas a alguien más si no lo haces contigo mismo. Eres una Fuente Infinita de Amor, pero te tratas como si no lo fueras. Eres valioso, muy valioso.

Aprende a relacionarte desde la comprensión. Acepta que estás haciendo lo mejor que puedes con lo que te sucede, que das lo mejor de ti y que si, por algún motivo extraño, no logras alcanzar tus objetivos es porque el sincrodestino está operando en tu vida como en la de todos los seres humanos de este planeta.

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