Cuando te tratas bien, cuando lo que prodigas en tu vida son semillas de amor y de bondad, tu corazón lo nota. Si tu niño interior se siente contenido y comprendido experimentarás cierta calidez en tu pecho, advertirás cómo tu Inteligencia Interior se siente agradecida y envía nueva información a tus células. Información que llevará un torrente de vitalidad y alegría a todo tu cuerpo para que este funcione a la perfección.
Pero si no te haces Uno con tu Fuente lo único que lograrás es enfermar. Me pregunto: “¿Cuánta tensión es capaz de soportar un cuerpo? ¿Cuánto tiempo podemos permanecer con el puño cerrado?”
Abre el diálogo interior con tu corazón, uno dulce y cariñoso para poder interpretar lo que está sucediendo en ti. No es relevante lo externo. Créeme que no es más importante lo que sucede en el mundo terrenal que lo que ocurre en tu mundo interior. Pueden acontecer cosas horribles en tu entorno, pero si te encuentras en comunión con la Energía Celestial que te mantiene vivo y la expandes, esa luz será capaz de ofrecerte paz y armonía ante cualquier situación, por más critica que esta resulte.
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