El cambio de una vida vacía a una llena de significado, de sentido, conlleva un cambio de prioridades. Las verdades que defendíamos en el pasado dejan de ser importantes para nosotros, pasando a segundo plano. La lista de prioridades se invierte casi por completo. Cuando dejamos de ser superficiales y nos convertimos en personas profundas y espirituales nuevas verdades resuenan en nuestro interior. Sufrimos un cambio total de valores.
A continuación veremos cómo esa lista se invierte para darle sentido a nuestras vidas. Notarás cómo el cambio no se da de igual modo en hombres que en mujeres porque sus prioridades, de acuerdo a su crianza, son muy diferentes.
En hombres:
ANTES
1. Obtener riqueza.
2. Ser el gran hombre.
3. Alcanzar el éxito.
4. Placer y diversión.
5. Ser respetado.
DESPUES
1. La espiritualidad.
2. La paz interior.
3. La familia.
4. La voluntad divina.
5. La honradez.
En mujeres:
ANTES
1. Ser madre.
2. Ser independiente.
3. Ser profesional.
4. Encajar. Ser como el resto.
5. Ser bella físicamente.
DESPUÉS
1. El crecimiento personal.
2. La autoestima.
3. La espiritualidad.
4. La felicidad.
5. El perdón.
Como podrás observar la diferencia es muy grande. El camino de la mente, de nuestro ego, hacia nuestro amor, hacia nuestro yo íntimo, es un sendero repleto de cambios y transformaciones. Siempre es para mejor. Deja de ser importante acumular dinero, alcanzar el éxito y encajar y comienza a resultarnos maravilloso eliminar el estrés de nuestras vidas, recuperar nuestra autoestima y conectarnos con nuestro Ser. Dejamos de querer ser bellos para convertirnos en personas seguras, amorosas y fuertes. A medida que avanzamos y nos sentimos más conectados, mejores son las experiencias que vivimos.
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