Experimenta la entrega y vivencia el excepcional potencial de felicidad que se esconde detrás de ella. Salva tu vida hoy. Acepta todos los acontecimientos que llegan a ti sin interferencia. Permítete fluir con los ritmos de la naturaleza de Dios para sentir alivio verdadero. Abre el puño y dale la mano a tu alma. Confía en tu música, confía en el sincrodestino del Universo y en el sentido oculto que se esconde detrás de cada acción.
Déjate llevar por el mantra: “Que así sea” para abandonar el control y que la inteligencia que vive en ti te guíe suavemente hacia tu destino.
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Relájate. Toma una inhalación profunda. Inhala. Exhala lentamente. Respira varias veces hasta que te sientas relajado. Tensa un poco los músculos de tu cuerpo y luego suelta la tensión. Hazlo una vez más. Nota cómo todos tus músculos se aflojan, se relajan.
Estás en este Universo por un motivo. Tu vida tiene un sentido maravilloso. Cada partícula de creación ha llegado a la Tierra para cumplir su dharma, su naturaleza. Tu vida no será lo que tu mente desea, lo que has aprendido a través de tus sentidos. Dentro de ti vive una inteligencia infinita con un destino que cumplir, uno poderoso y brillante, uno que tu corazón conoce muy bien.
Respira profundo. Inhala y exhala.
Muchas veces te has sentido contrariado porque las cosas no han sucedido como a ti te gusta. Algunos de los proyectos que has emprendido han fallado y esto genera sentimientos y emociones negativas que hoy recorren todo tu cuerpo.
Lo sé, sé que estás cansado de caminar cuesta arriba, que deseas que te amen profundamente, que no ves llegar a ti todo lo que tanto sientes que te hace falta. En ocasiones, deseas bajar los brazos y rendirte porque crees que la vida es una carga. Te sientes culpable, sientes que no estás haciendo las cosas bien y que te has equivocado de camino.
Sin embargo, hoy algo va a cambiar dentro de ti. Ese enojo, ese malestar que te ha generado un gran desconsuelo hoy abandonará tu vida. Has decidido emprender un nuevo camino rumbo hacia el bienestar que habita en tu corazón.
Respira profundo. Inhala y exhala.
Sabes que la entrega, la no interferencia con la energía que conforma este Universo es mucho más beneficiosa para ti que la resistencia y el pretender controlarlo todo. Adviertes cómo muchas de las cosas que has querido tener bajo tu control no han salido bien y muchas otras en las que tú no has intervenido han llegado por sorpresa a tu vida y las has recibido gratamente.
Puedes observar, pues, que tú no eres “el hacedor”, que los acontecimientos ocurren con un perfecto orden divino y tú no puedes escapar a ello.
Comprendes que no puedes controlar el comportamiento de las personas que te rodean y que, independientemente, de que no sean de tu agrado y tengan actitudes despectivas e hirientes hacia tu persona, las perdonas y las dejas ir para que, al igual que tú, puedan cumplir su destino.
Imagina ese perdón sincero, cierra esa herida y déjalas ir. Nota cómo en el centro de tu Ser no existe la culpa ni el rencor.
Repite, cual mantra...
“Qué así sea... que así sea...
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