Sé genuino. Sé puro. No has llegado a esta Tierra a repetir modelos estándares. No has venido aquí para competir y compararte con los demás. Tú eres único, inigualable. Nunca hubo, hay ni habrá nadie como tú. Sin embargo, poseído por tu mente, has emprendido un viaje de ambición. Te has convertido en lo que tienes, en tus logros y en tus relaciones. Has abandonado tu yo verdadero para ser lo que los demás opinan de ti y eso te está destruyendo, está apropiándose de toda tu valía.
Somos parte de una Fuente Infinita Universal y todos hemos traído con nosotros una leyenda personal, un don que debemos cumplir y desarrollar para alcanzar la plenitud en esta vida mundana.
No te pido que seas verdadero con los demás, eso sucederá de manera natural una vez que hayas decidido ser Uno con la Inteligencia Infinita que te construye. Pero sí que seas natural con tu propio corazón.
Tu verdad es única. Tu verdad no es igual a la verdad que vive en otra persona. Es la que te hace bien, la que sabe lo que te hace feliz y lo que no. Todos somos amor. Pero más allá del amor existen las capas del ego, del intelecto y de la memoria; se construye la red de emociones, de prejuicios, de aprendizajes, de karma, de destino y de sueños que te hacen original y especial.
Habrá ideas que te resuenan más que otras porque se acercan más a tu verdad, pero, en última instancia, será siempre lo que tu corazón dicte lo que debes ser y hacer.
Has perdido tu autenticidad porque te has alejado de tu corazón. Paralelamente, te has identificado con tu ego y, al hacerlo, has adquirido ciertos comportamientos sociales y mundanos para poder “encajar”, para no quedarte afuera, para ser aceptado y querido.
Debes recuperar esa diferencia, esa particularidad con la que viniste. Eso te hará grande, te hará feliz. Te amas y te aceptas como eres y no necesitas que los demás te validen. Tu corazón estará agradecido y tu mente feliz y libre de estrés.
El momento presente es autenticidad pura. Vive “aquí y ahora”. Cuando haces algo que te enamora, cuando te conviertes en la pureza que eres todo fluye como un río. Avanzas y avanzas alegre sin reservas.
No partas de este mundo preguntándote: “¿Y si toda mi vida fue un error?”.
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