Las relaciones humanas son complejas desde el momento en que cada uno es un Ser único e irrepetible, un Ser que trae consigo un karma, un intelecto, un ego, una cantidad de aprendizajes y prejuicios aprendidos que construyen su personalidad y su red de emociones.
Es factible, pues, que surjan los enfrentamientos o discusiones, ya que todos tenemos diferentes puntos de vista, de calificar los sucesos que llegan a nuestras vidas.
Si aprendemos a relacionarnos desde nuestro tesoro interior y tomamos la postura del Tao, seremos los que llevan amor, los que llevan paz y conocimiento donde existe angustia y enojo. Si lo hacemos enfocados en el amor, la verdad y la pureza, podremos disipar cualquier “tormenta”.
Siempre supondremos que partimos de la base de que existe amor en la pareja y ganas de dar lo mejor de nosotros para que la relación mejore. De lo contrario, si lo que realmente sentimos es que no queremos estar más juntos, entonces de nada valdrá aplicar una solución espiritual. Sería como verter agua en un vaso sin fondo.
Desde el amor, el componente espiritual es el que nos ayudará a crear relaciones hermosas y sanas. Sabes a lo que me refiero, ¿verdad? Relaciones sanas. Aquellas que son benevolentes, que no nos irritan, no nos enojan y tampoco nos conducen a la enfermedad. Las que son dignas de admirar y las que producen un aura de luz infinita a su alrededor.
Si es así como deseas sentirse, si los sentimientos que deseas experimentar son la dulzura, la pasión, la alegría, el enamoramiento, el entusiasmo y la paz interior, este noble libro te ayudará. Sus ideas reveladoras te inspirarán y te conducirán dulcemente hacia el amor, hacia la verdad. Te ayudarán a emprender caminos a nuevas dimensiones, a nuevas oportunidades y contribuirá a tu crecimiento personal.
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