Te contaré mi experiencia.

Me siento “en corazón” cuando mi ego se disuelve y solo queda espacio para el amor divino que vive en mí. Cuando dejo de poner el foco en lo superficial, en el engaño, para hacerlo en las virtudes de mi alma. De forma natural y con alegría hago crecer el perdón, el respeto, la fe, el amor, la humildad y la empatía en mi interior.

Navego por los ríos del Universo sintiéndome entregada. Acepto y avanzo confiando en el sincrodestino de la vida. Atrás quedaron los días en los que me resistía a los acontecimientos que mi mente etiquetaba como malos y pretendía tener todo bajo control creyendo, ilusoriamente, que era “el hacedor”. Atrás quedó el sentimiento de vacío existencial.

Abandonar el control y no interferir me proporcionan un gran alivio porque sé que todo es creado de acuerdo al perfecto orden divino. El cambio fue asombroso, dejé de hacer esfuerzo, me dejé llevar. Fluyo con la vida. Puedo abrazar la enfermedad, la pobreza, el desamor, las desgracias más crueles de este mundo porque sé que tienen un sentido maravilloso.

Cuando me alejé de mi ego sentí que mi vida cobró significado. Y al hacerlo, dejó de ser importante ir tras la felicidad, porque ella es pequeña ante el hecho de haberle encontrado un sentido a mi vida. El significado lo transfigura todo, es el sentido del alma. Advierto la belleza en todo lo que me rodea.

Cuando “estoy en corazón” me amo, me trato bien y soy dulce conmigo misma. Eso hace que trate mejor a todas las personas que me rodean, generando así círculos de amor, arrojando luz a cada paso.

Vivir la verdad Divina me apasiona. Conecto con un espacio vasto y creativo que me llena de ilusión y energía. Sin embargo, por momentos hago un viaje hacia mi ego, porque en mi condición de ser humano no puedo evitarlo, pero abrazo las emociones tóxicas que mi mente proyecta porque amo la vida en todo su esplendor, amo su parte amarga, amo el personaje que me ha tocado vivir en esta vida. Soy la luz y la oscuridad.

Me gusta la vida sencilla y simple. Vivo mis días en dulzura conectada a mi Ser, al alma del mundo, al alma de cada persona y de cada ser vivo, me fusiono con la naturaleza. Experimento la dicha. Me siento inspirada y agradecida. Todo ello fue posible gracias a volver a mi Fuente, a escuchar a mi dulce y bendito corazón.

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Mi misión en la vida es lograr que más personas lleguen a sentirse como yo, en ese estado completo de asombro, en los cortos años que dura esta maravillosa existencia.

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“Al librar las ataduras que aprisionan al corazón, un mortal se vuelve inmortal.

Esta es la sagrada enseñanza”.

katha Upanishads

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Descubrí que el camino de la mente es cuesta arriba y está plagado de curvas; es difícil, pantanoso. Pero cuando te conectas a tu corazón, cuando te haces Uno con el Ser de luz que vive dentro de ti, el camino de la vida se transforma en recto y llano, como lo fue, lo es y lo será siempre, porque está siendo creado y sostenido por el propio amor y la propia verdad del Universo vasto e infinito.

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Abraza a tu Fuente Infinita de Amor, ámate profundamente y descubre quién eres para alcanzar la realización.