El silencio
Normalmente llenamos nuestros días de palabras, y me atrevo a decir que la mayoría son sin sentido. Hablamos por hablar, hablamos para llenar silencios, vacíos. Vacíos internos propiamente nuestros y de nadie más. Generamos ruido en vano. Hemos caminado mucho, hemos bebido demasiado y, sin embargo, seguimos teniendo sed. Esa sed solo puede saciarse con el silencio. Una vez que hemos experimentado con nuestra pareja los más maravillosos pasos del amor, estamos preparados para